Pese a un pasado mítico en los años 70 y 80, Torremolinos sigue siendo en el siglo XXI una ciudad bulliciosa, liberal y muy buscada para las vacaciones. Porque la clave del éxito continuado de Torremolinos es que ha sabido convertir su idiosincrasia en atractivos actuales y en que, casi haciendo parodia de sí misma, recuerda con desparpajo un pasado kitsch.

Playa, sol, souvenirs, chiringuitos, pescaíto, marcha nocturna... Todo ello está presente, pero algo más debe haber en una ciudad que supera los 65.000 habitantes, que acoge a turistas de 127 nacionalidades y que, por su personalidad única logró independizarse de Málaga en los años 80. Torremolinos es una de las ciudades costeras pioneras en atraer al turismo de masas y eso queda. Los errores se cometieron primero, pero en los aciertos... Torremolinos es campeona.

En Torremolinos, sobre todas las cosas, el clima y los 7 kilómetros de playas se mantienen como un atractivo ineludible. Resuenan sin duda los nombres de El Bajondillo o La Carihuela. También ayudan la cercanía al aeropuerto de Málaga y que en su término municipal se aglutine un 40% de las infraestructuras hoteleras.

El litoral está preparado con todos los servicios para atender a unos visitantes que buscan algo más que sol. También buscan calidad bajo el sol. Hay Beach Clubs y en la zona de Los Álamos, los chiringuitos más exclusivos de Málaga capital y su zona de influencia.

Al otro lado de Torremolinos, La Carihuela es un centro gastronómico de primer orden. Probablemente cualquier español, o al menos cualquier andaluz, asocian de inmediato este barrio con las frituras de pescaíto. Y con buen criterio, porque podría decirse que aquí se originó como plato popular y sin duda es otro de los puntales clave que sigue atrayendo a los turistas cada año: la excelencia en la mesa.

Además del paseo marítimo, otro de los lugares donde palpita la vida es la Calle San Miguel y sus alrededores. Ofrece todo el tipismo más pintoresco de una calle peatonal cuajada de comercios, con suvenires y un tránsito insospechado de más de 100.000 personas al día en las épocas más concurridas del año.

En el centro de la ciudad, y cerca de la iglesia de San Miguel, aún se conserva la Torre Pimentel, uno de los pocos vestigios que quedan en pie de la fortaleza que protegía el asentamiento en el siglo XIV y cuyos orígenes se remontan al Neolítico. Un paseo más completo nos conduce a contemplar la Casa de los Navajas, una mansión de estilo mudéjar construida en 1925.

Además de la gastronomía, otro de los incentivos es la marcha nocturna. Desde hace décadas los bares de La Nogalera son conocidos y en los últimos años, en verano, se le han sumado los chiringuitos de Los Álamos.

A menos de 10 minutos se encuentran varios centros comerciales, como Plaza Mayor, Ikea y junto a Guadalmar se hallan también un Decatlón y un Leroy Merlin. Con todo, hay hipermercados en el término de Torremolinos. En cuanto a las tiendas de moda, los nombres más habituales están representados en el centro.

Los que aún busquen otros planes alternativos, pueden acercarse al parque acuático de Torremolinos Aqualand. Otro de los lugares de visita más interesantes es el Cocodrilo Park.

Por último, la Villa Deportiva "Ciudad de Torremolinos" atrae cada año a deportistas de primer nivel, que gracias al benéfico clima siguen en invierno con sus entrenamientos. Entre las instalaciones se cuentan un palacio polideportivo, un estadio, un campo de fútbol, pistas de deportes de pelota y de ruedas, piscina olímpica y gimnasio.

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